Rincón del Conocimiento

Las bacterias magnetotácticas son microorganismos exóticos que se guían por el campo magnético de la Tierra. Poseen cadenas de cristales magnéticos, llamados magnetosomas, que les sirven como una brújula. Esta clase de bacterias se descubrió en 1970, y la comunidad científica no ha dejado de asombrarse ante este portento de que microorganismos relativamente simples sean capaces de orientarse mediante el campo magnético de la Tierra, como hacen algunas aves, insectos y animales marinos.

Ahora, unos científicos del Centro Nacional francés de Investigación Científica, la Universidad Pierre y Marie Curie en Francia, la de Aix-Marsella II en Francia, la Federal de Río de Janeiro en Brasil, la de Pannonia en Hungría, la de Nevada en Las Vegas, la Politécnica Estatal de California y el Laboratorio Ames, estas tres últimas instituciones en Estados Unidos, han identificado, aislado y cultivado un nuevo tipo de bacterias magnéticas que podrían conducir a la comunidad científica hacia nuevos avances en la biotecnología y la nanotecnología.

Las bacterias analizadas provienen de una laguna en el borde del parque natural del Valle de la Muerte, en Estados Unidos.

Aunque muchas bacterias productoras de magnetita pueden ser cultivadas y estudiadas con facilidad, el equipo de Dennis Bazylinski y Christopher Lefèvre ha conseguido por primera vez cultivar una especie microbiana productora de greigita. La greigita es un mineral compuesto básicamente por sulfuro de hierro y comparable en algunos aspectos a la magnetita, cuya composición es esencialmente óxido de hierro. La presencia de estos cristales magnéticos hace que las bacterias y sus magnetosomas sean útiles en la administración muy precisa de fármacos y en el diagnóstico mediante algunas técnicas de captación de imágenes.

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Valle de la Muerte

La greigita puede ser superior a la magnetita en algunas aplicaciones debido a sus propiedades físicas y magnéticas ligeramente diferentes.

El equipo de investigación ha descubierto que la especie de bacteria, denominada provisionalmente BW-1, produce tanto greigita como magnetita.

Un examen detallado de su ADN ha revelado que la BW-1 tiene dos conjuntos de genes para los magnetosomas, a diferencia de otras bacterias, que producen un único mineral y tienen sólo un conjunto de genes de magnetosomas.

Esto sugiere que la producción de magnetita y greigita en la BW-1 está probablemente controlada por grupos distintos de genes. El hallazgo podría resultar de gran utilidad para la biotecnología y la nanotecnología.

Las bacterias productoras de greigita representan un nuevo grupo de bacterias reductoras de sulfato, no reconocido previamente, que "respiran" el compuesto en vez de oxígeno como hace la mayoría de los organismos vivos.

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