La sonda Rosetta de la ESA ha descubierto que Lutetia es un asteroide primitivo, un resto de cuando se formaron los planetas en nuestro Sistema Solar. Los datos tomados durante el breve sobrevuelo también sugieren que Lutetia intentó formar un núcleo metálico. Rosetta sobrevoló el asteroide Lutetia el 10 de julio de 2010, pasando con una velocidad de 54 000 km/h a tan sólo 3 170 km de su superficie. En aquel momento, este objeto de 130 km de longitud era el mayor asteroide jamás visitado por una sonda espacial. Desde entonces, los científicos han estado analizando los datos tomados durante este corto encuentro.
En anteriores ocasiones se habían estudiado otros asteroides que no eran sino fragmentos de otros cuerpos de mayor tamaño. Sin embargo, en el caso de Lutetia, los científicos pensaban que se podría tratar de un 'mundo en miniatura' antiguo y primitivo. Ahora están prácticamente seguros. Las imágenes tomadas por la cámara OSIRIS de Rosetta nos muestran regiones de la superficie de Lutetia que tienen unos 3 600 millones de años. En contraste, otras zonas son mucho más jóvenes, en términos astronómicos, con tan sólo 50 u 80 millones de años.
Los astrónomos son capaces de estimar la edad de los planetas sin atmósfera, de las lunas y de los asteroides contando sus cráteres. Cada hoyo en su superficie fue producido por un impacto, por lo que cuanto más antigua sea la superficie, más impactos habrá acumulado. Algunas regiones de Lutetia están plagadas de cráteres, lo que sugiere una gran antigüedad.
Por otra parte, las regiones más jóvenes de la superficie de Lutetia se corresponden con corrimientos de tierras, probablemente desencadenados por las vibraciones de impactos cercanos. Los fragmentos arrancados en estos impactos se extienden por toda la superficie del asteroide, formando una capa de roca pulverizada de 1 km de espesor. También hay muchas rocas esparcidas por su superficie: algunas de 300 – 400 m de diámetro, aproximadamente la mitad del tamaño de Ayers Rock, en Australia. Algunos de estos impactos fueron tan fuertes que arrancaron trozos enteros de Lutetia, transformando su contorno en el cuerpo 'abollado' que vemos hoy en día.
“Pensamos que Lutetia no tenía esta forma en sus orígenes”, comenta Holger Sierks, del Instituto Max-Planck para la Investigación del Sistema Solar en Lindau, Alemania. “Probablemente fuese esférico cuando se formó”. El espectrómetro VIRTIS de Rosetta descubrió que la composición de Lutetia es inusualmente uniforme en todas las regiones observadas.
“Llama la atención que un objeto de este tamaño, que ha sufrido un gran número de impactos a lo largo de millones de años, no muestre ninguna variación en la composición de su superficie”, explica Fabrizio Capaccioni, del INAF, Roma.
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